El consenso colectivo del valor que tiene el dinero
El primer método de pago en nuestra historia se basaba en el intercambio de bienes en el que dos partes otorgaban un valor consensuado. Así, el valor de las cosas residía en un simple acuerdo. Las personas adquirían lo que necesitaban a través de algo llamado trueque. Por mucho tiempo, bienes como la sal, algunos granos, el ganado o plumas de animales, fueron el único método de pago. Es a partir del año 700 a.C., con la llegada de la moneda, que queda establecido en un objeto, un valor universal con el que se pueden adquirir bienes.
A partir de esta etapa, se acelera exponencialmente la evolución en los métodos de pago.
Aproximadamente tomó 1,200 años la llegada del papel moneda a nuestra historia y desde entonces, la innovación no se ha detenido. En menos de 50 años, la transformación de los métodos de pago nos ha llevado hoy a las transacciones en segundos, a prescindir del papel y el metal, y a recuperar nuestro tiempo, algo que sin duda, vale más que cualquier objeto.
Esta transformación permeó también los pagos de servicios. Nos despedimos de correr en las mañanas para alcanzar un lugar aceptable dentro de una fila interminable, de preocuparnos por cargar el monedero o de no traer la cantidad exacta.
La innovación en métodos de pago y servicios nos ha devuelto el verdadero valor de las cosas. Rescatamos nuestros minutos, reconsideramos nuestras inversiones; hemos llegado a un consenso colectivo en el que el valor está en las experiencias y los momentos con aquellos que amamos, por eso, este 2020, transformaremos el significado de los objetos en vivencias imperecederas.